lunes, 17 de noviembre de 2008
ANTIGONI ROUMPESI O EL INSTANTE POETICO (Variacion a partir de un texto critico de Octavio Paz)
No es un azar que su primer libro se llame Colores en el mar: su poesía está bañada por un sentimiento luminoso, fresco, fragante: la humildad. También por el asombro y la alabanza a la vida. Carlos Pellicer escribió transparente.
Antigoni Roumpesi, como la poesía de Carlos Pellicer, no guerrea ni tensa: canta. Uno de los grandes regalos que hace al espectador y al waterpolo es su canto impoluto, el cristal de su facilidad, su inspirada presencia. Un color en el mar.
Antigoni se pasea por la costa nocturna de la piscina "con tijeras podadoras de estrellas y de espumas", corta las flores de coral del árbol del juego y enciende la ardiente constelación de luces rojas, verdes, blancas y azules de un partido. Es una inspirada del gol.
Antigoni Roumpesi no es una waterpolista, sino un instante poético. A fuerza de ensalzar la técnica y la táctica, se ha olvidado que la esencia del waterpolo es la inspiración, un manar interior, canto que brota de una alegría interior y lúdica. Toda la obra de Pellicer es magia, continua donación, un surtidor de alegrías, gran bocanada de salud.
Los poemas de Pellicer y el juego de Antigoni son instantes poéticos. Por eso, aun en sus momentos menos logrados, siempre es posible rescatar dos o tres versos, dos o tres lanzamientos, sorprendentes e inolvidables. Esos hallazgos se producen con la naturalidad con que da rosas el rosal, esperanza las luciérnagas.
"Trópico, ¿para qué me diste / las manos llenas de color? / Todo lo que yo toque / se llenará de sol. / En las tardes sutiles de otras tierras / pasaré con mis ruidos de vidrio tornasol" (Deseos, en Seis, siete poemas).
Es posible que haya jugadoras o poesías más perfectas, más densas y dramáticas, más incisivas y espectaculares, pero ninguna tiene su inspiración, su deslumbrada y deslumbrante sensualidad. Su armonía nos devuelve la fe en la alegría.
Con un candor jubiloso, su presencia sola parece querer ordenar el mundo, la piscina, el mundo del partido. Y nos hace recordar que en los primeros tiempos este orden era el del juego, que sólo después empezó a ser una construcción monumental de tácticas y costumbres. Antigoni es ese orden armonioso y perfecto del origen, esa inspiración de Fidias. Antigoni crea una composición delicada y tierna y una mitología de los elementos primigenios del waterpolo: una sorpresa y una unción para el espectador.
El ojo que la contempla se embriaga ante su mitología. Parece que ella, abandonada a sí misma, ensimismada en su juego, hable en sueños. Y entonces es cuando, como decía Pellicer, "el agua de los cántaros sabe a pájaros".
"El agua entera se amotina / a vuestros pies hecha colores. / Y así vuestra sonrisa cae / como una cinta sobre el agua". (La Aurora, en Seis, siete poemas).
Cuando las waterpolistas se traban y se entregan a la espuma de la brega y se demoran en los agarrones, Antigoni echa a volar. Y echa a volar con memorables imágenes de armonía, "con la alegría de aquél que regresa a su tierra con pájaros nunca vistos" (Octavio Paz).
Esto mismo es la griega Antigoni Roumpesi: pájaros de las islas, blancas cigüeñas festoneadas de negro, aves misteriosas posadas en el hombro del poeta. Y todo con un aire de sencillez milagrosa.
Antigoni, como el poera mexicano Carlos Pellicer, asciende, pues su natación poética es un vuelo. Su juego es el repentino y pródigo florecer de un temperamento próximo al Olimpo, astral y perfecto, divinal y ágil, como un vuelo.
Sus ciudades son la Atenas de Fidias, la Atenas de Atenea, la Atenas de Pericles, la Atenas de Platón y las ideas. El mundo moderno es absurdo, feo, rutinario. Ella recoge un pensamiento, una idea y traza un lanzamiento eterno y hermoso, de otro tiempo y lugar más delicados. "Los fonógrafos repiten lo que oyeron / y los héroes van aún a caballo"...
Frente a la fealdad de los partidos presentes, ella esgrime "las palabras iguales para cantar el Mundo", los movimientos y la presencia modélicos. Así, el mundo que nos entrega es más fresco e inocente, sin polvo ni sangre ni odio, acabado de nacer.
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http://waterpoloellaseng.blogspot.com
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