Navegando por las páginas de waterpolo, he encontrado esta reflexión que se hicieron en la Escuela Waterpolo de Zaragoza, el pasado mes de agosto, a propósito del contrasentido que se está viviendo en las piscinas, sobre todo municipales, construidas con dinero oficial y bajo pretexto de fomentar el deporte, y en las que se margina a los auténticos deportistas.
Todo, claro, por la pasta. Porque, en política deportiva, nunca hubo tantas palabras bonitas y tan escasos hechos.
No debería asombrarme, porque la realidad es la que es, pero parecidísimos términos utilizaba yo hace unas semanas, el 9 de octubre, para quejarme de esta sinrazón (ver la entrada "En el banquete de los números sirven sirenas").
Desde aquí, ánimo a la EW Zaragoza, cuyo equipo femenino, y pese a las dificultades, está haciendo una excelente campaña en División de Honor.
El texto completo en: http://ewpz.blogspot.com/search?updated-max=2008-09-13T18%3A59%3A00%2B02%3A00&max-results=7
«¿Qué problemas tiene la natación y también el waterpolo para que no terminen de dar el salto adelante? Aparte de las rencillas clásicas entre entrenadores y que, desde que tenemos uso de razón, los federativos, directores técnicos y seleccionadores son siempre los peores y no tienen ni idea y los mejores siempre están marginados (esto seguirá pasando aunque en las próximas elecciones de la Federación Española se de la vuelta a la tortilla; los que alcancen el poder serán los incapaces y los más válidos estarán a verlas venir; siempre es así), tenemos un grave problema estructural. Sólo una nadadora tuvo el valor de decirlo y ha pasado prácticamente desapercibido para los profundos analistas deportivos que sólo hablan de nuestro deporte cada cuatro años para decir lo mal que va: no hay instalaciones para entrenar. Nadamos por una calle y en las de al lado tenemos en una el aquaeróbic y en otra los niños con el churro».
«En los últimos años se han construido muchas piscinas cubiertas, pero ¿cuántas se pueden utilizar para practicar la natación, el waterpolo o la sincro a nivel competitivo? Prácticamente ninguna. Se construyen piscinas, se entregan a empresas de gestión y en cuanto aparecen los gestores por una puerta, los deportistas salen por la otra. De eso saben mucho en la Picornell en Barcelona que disfrutó de unos juegos olímpicos y hoy prácticamente no se utiliza para competiciones deportivas. En el último campeonato (de España) de waterpolo que estuvimos allí, se montó el campo en media piscina y la otra media estaba con corcheras para que los usuarios siguieran utilizando la instalación. Fantástico Campeonato de España con bañistas por el medio y en una piscina que sí había sido olímpica».
«Conocemos más directamente los problemas que tenemos en Zaragoza, pero son los mismos que tienen en cualquier ciudad de España. Se construyen las instalaciones a conciencia (con dimensiones no aptas para la competición) para que el uso sea exclusivamente lúdico y den dinero con cursillos u otras actividades. Zaragoza puede presumir de ser una de las ciudades más originales de España, no sólo en el tráfico (aquí se inventó la rotonda con semáforos y el que tengas que poner el intermitente para seguir recto, etc.) sino que también en las dimensiones de las piscinas somos únicos (esto vale también para la DGA). Sólo en Aragón se hacen piscinas de 25x12,50 (seis calles, en todos los lugares se hacen de ocho y puestos a sacar dinero, cabe más gente) y lo mejor es la profundidad: de 1,50 a 1,70; matamos dos pájaros de un tiro: no valen para competiciones y tampoco son lúdicas pues el que no sabe nadar tampoco está precisamente cómodo en esas profundidades. La prioridad absoluta son los cursillos. Los equipos de natación o waterpolo no tienen cabida. En la última abierta, Siglo XXI, sólo hay disponibles dos calles tres horas a la semana para poder entrenar a partir de las 17.30».
«No dejaremos de lado las responsabilidades propias de federaciones y clubes cuando tienen instalaciones y no son capaces de sacarles el rendimiento apropiado. No vaya a ser que el Ayuntamiento decida hacer una piscina "emblemática" nos la ofrezca a Federación y clubes y luego nos dediquemos todos también a dar cursillos que al fin y al cabo es lo que da la pasta y no la competición. La DGA remodeló la piscina del Parque Deportivo Ebro para uso fundamentalmente deportivo. La FAN creó un Centro de Tecnificación de Natación y se quedó con la gestión de los cursillos. A día de hoy, el Centro ha pasado a mejor vida pero sigue con la gestión de cursillos. Eso sí, gracias al dinero que se consigue con esa gestión, nuestras jugadoras cadetes viajan a albergues juveniles cuando se desplazan con la selección de Aragón».
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