Efectivamente, había un interés que yo creía de segunda línea que resultó de primerísima importancia. No lo diré clarito. Sólo que la ascendencia sobre los que mandan que tiene un equipo es más grande de lo que pensaba, y ya me parecía enorme...
Así que, bueno, acerté el Orizzonte-Alcorcón y el Kirishi-Sturm. El Fiorentina-Vouliagmeni (con partido de vuelta en Atenas!) y el Sabadell-Olympiakos se mezclaron en el 'bombo'. Me da que De Magistris no estará muy contento...
A Nani Guiu, entrenador del Sabadell, en cambio, se le nota satisfecho. Tiene razón cuando dice que a estas alturas todos son 'súper-equipos' y que mejor evitar a un rival italiano. Cierto. Con este enfoque, hay que valorar el evitar a un conjunto florentino que suma estrellas y más estrellas aunque algunas sólo pueda utilizarlas en la competición europea. Arrasó en Alcorcón.
Pero el Olympiakos me recuerda a aquel Glyfada que irrumpió desde la nada en el 2001 para ganar la Copa de Europa. Tiene a Bartunkova y sobre todo a la china Sun, máxima goleadora de la revelación china en Roma, y a Agnes Valkai, una bombardera húngara contrastadísima, y Ester Tomaskovics. Y a un ramillete de internacionales helenas, como Ilektra Psoumi, Triantafyllia Manolioudaki, Alkisti Avramidou y Stavroula Antonakou.
¿Le habrá tocado el Gordo al Sabadell y no lo sabemos? Es muy posible... Claro que un rival griego, y ateniense, a mí me da para mucha ensoñación. Hablábamos del destino alejandrino de las de Nani Guiu, pues bien, una de las primeras claves de la política del genio macedonio fue conquistar –y respetar– a la nobilísima Atenas. Estaremos en ello.
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