jueves, 28 de enero de 2010
LAS 25 RAZONES QUE ME HACEN SABER QUE EL ASTRALPOOL GANARÁ EN ATENAS (IV)
CUARTO ARGUMENTO:
NO EXISTE LA TRAMPA DE LA ESPECULACIÓN
«No sabemos especular con un resultado, no nos va bien ese tipo de planteamientos. Tenemos que ir a ganar». A Nani Guiu se lo tengo oído, no una, sino varias veces.
De manera que un resultado favorable en Can Llong habría generado un problema. Este Sabadell tiene que estar permanentemente en conflicto, ardorosamente en el reto, afinado por la épica. Haber perdido en casa no es desde luego una bendición, pero sí sé que es una ventaja para este equipo, porque le concede la ventaja de la rabia, de la 'marcha'.
A este Sabadell le va la 'marcha'. No es de los conjuntos que viajan con la calculadora a cuestas, no se mete en la espesa jungla de las probabilidades. Nunca ha soñado con un camino, sino con un destino. Y prefiere cortar de un tajo la maraña de los pronósticos.
A pesar de que no queda ni una de las jugadoras de hace diez años, el cabo del hilo que ha dado este magnífico equipo ya no era de la raza de los especuladores. Cuando ganó su primera liga y debutó en la Copa de Europa, no se sentó a acumular paciencia-experiencia, sino que fue a por todas y rozó el pase a la final four. ¡En su primera participación!
Aquellas osadas neófitas que encabezaba Mercè Vallès se lanzaron a la yugular de Europa y casi se meriendan al Szentes, el representante húngaro, con el que perdieron la plaza en la gran final por un gol. Ese mismo espíritu salvaje late en el grupo que capitanea Nani Guiu. Y no entendería lo de jugar con el corazón abandonado en el vestuario.
De manera que la derrota en Can Llong por la mínima puede ser entendido como un buen resultado de cara a la vuelta en Atenas. Yo no veo a Maica, Tanya, Noeki, Marta y compañía con la mirada prudente, maquinando interiormente, compitiendo con el alma amputada. Ellas son fragor, alma, combate, extenuación. El Olympiacos quizás espere un planteamiento a la expectativa de su rival, agazapado para esperar su oportunidad. Y no será así.
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