martes, 13 de mayo de 2008

REFLEXIONES DEL WATERPOLO DE OTRA ONDA


Madrid, enero del 2007. Segunda ronda de Copa de Europa, disputada en la Piscina del Prado de Santo Domingo de Alcorcón entre Orizzonte de Catania, Uralotchka ruso, C.N.Sabadell y las anfitrionas del Ondarreta. Después de callejear por las inmediaciones de la Castellana en infructuosa búsqueda de una entrada de reventa para no recuerdo qué partido del Real Madrid, Giuseppe La Delfa, director deportivo y 'alma mater' del envidiable Orizzonte, y un servidor toman un café, es posible que un capuccino madrileño, y comparten impresiones sobre el waterpolo femenino.
Ni que decir tiene que el que ahora escribe escuchó más, mucho más, que habló. No transcribiré aquella conversación porque no sería ético revelar las opiniones y confidencias de un amigo, pero quiero decir que me impresionó el enfoque realista y al mismo tiempo imaginativo de un gestor inteligente, eficaz (15 scudetti y 8 Copas de Europa lo contemplan...) y apasionado de este deporte.
Ahora, navegando por la red, me tropiezo con un interesante artículo suyo de opinión en el que vuelca algunas reflexiones que me retrotraen a aquel café de la Castellana, aquella tarde de diálogo e ideas. La Delfa, el Orizzonte, después de tantos años de innovar y avanzar en solitario, se da cuenta de la necesidad de que el waterpolo femenino en pleno se decida a emprender esta misma senda de la renovación de esquemas para poder dar el ansiado 'salto de calidad' mediático.
Os traduzco, apunto y subrayo los párrafos que he considerado más destacables. El texto completo en italiano y en inglés, podéis consultarlo en http://www.waterpolodevelopmentworld.com , un sitio relativamente nuevo de la pallanuoto e indispensable para estar enterado de lo que se cuece en Italia.

«Cuando, hace algunos años, maduré la convicción de aplicar en el waterpolo femenino la experiencia de los años vividos como deportista en activo por diferentes países, pensé que lo visto, madurado y experimentado relacionándome durante años con entrenadores, dirigentes, jugadores de diferentes mentalidades y diversas culturas, podría ser de gran utilidad y provechoso en un ambiente 'pequeño' y con grandes posibilidades de crecimiento.

»La ambiciosa idea de dar a un equipo el mismo enfoque que una empresa, con programas, objetivos y una estructura organizativa adecuada para poder alcanzarlos, por una parte parecía tomar cuerpo día a día dando los primeros resultados, pero por otro lado me pareció 'excesiva' por el contexto en el que se movía.
En efecto, un desarrollo, para poder ser tal y para no limitarse sólo a un pequeño ámbito del contexto de referencia, creo que necesita que TODOS LOS COMPONENTES DE LLEVAR A CABO EL PROYECTO, ADVERSARIOS INCLUIDOS, SE MUEVAN EN LA MISMA DIRECCIÓN, PREPARÁNDOSE PARA EL MISMO OBJETIVO. En nuestro caso, programación técnica, inversiones, promoción de imagen, etc.

»HAY QUE PREGUNTARSE QUÉ ES POSIBLE EN NUESTRA DISCIPLINA.

»En un país como Italia [y como España] donde todo se mueve a diferentes velocidades, donde un deporte que no sea el fútbol recoge sólo las migajas que quedan, una realidad como la del waterpolo femenino, todavía muy lejos de haber encontrado su camino y una dimensión propia, de momento sólo puede sobrevivir exclusivamente gracias a iniciativas aisladas de apasionados o mecenas temporales que se hacen cargo de todo lo necesario para sobrevivir, y aun con el riesgo de ser mal parados.

»Al principio no me di cuenta de que, aun pretendiendo llamar la atención sobre los éxitos que el waterpolo femenino italiano iba encadenando, me veía obligado cada temporada a volver a empezar, a promocionarlo todo casi de cero, con la enorme dificultad de intentar presentar un deporte que, por desgracia, sólo consigue ser popular durante unos pocos días al año.

«Luego, con el tiempo, he captado que las razones eran mucho más complejas: faltaba la voluntad (o quizás la lucidez) por parte de las instituciones y de quienes las componían, de entender rápidamente qué necesitaban las televisiones, la prensa, el mundo del marketing y el del espectáculo para que se hiciera con el waterpolo lo que desde hace algún tiempo se hace con el rugby, convertido en la nueva 'moda' deportiva, con sus ídolos, sus historias y su (inesperado) gran seguimiento; idéntica inversión que hizo popular al baloncesto en los años 80 y, sucesivamente, al voleibol (...) y que, desde entonces, emprendido el vuelo, siguen 'viviendo de rentas'.

«La pena de no haber conseguido dar el 'salto de calidad' después de haber ganado Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos, aumenta y escuece todavía más si se piensa que, en todos estos años, ninguno de los 'rostros gloriosos' de este increíble ciclo de victorias ha quedado para la historia, como ha sucedido en otras disciplinas deportivas menos exitosas.

»No obstante esta realidad, buscamos siempre más visibilidad, buscamos (pese a afrontar batallas sin sentido...) una especie de igualdad de condiciones con el waterpolo masculino (que también vive momentos difíciles), cuando, por número de deportistas, categorías e inversión económica estamos en una relación de 1 a 10.
Todo esto manteniendo un campeonato con doce equipos, a pesar de que, con el número de waterpolistas de elite que hay en Italia, extranjeras incluidas, a duras penas sería posible disputar una modesta TOP 10 y ofreciendo, en algunos partidos, un espectáculo infumable, no obstante la presunción de tener el mejor campeonato y de mayor nivel del mundo si tenemos en cuenta los nombres y los resultados de nuestros clubes en el campo internacional.

»Los otros países padecen situaciones todavía más diíciles, con campeonatos que duran unos pocos meses y con los mejores equipos de club preparados únicamente para disputar con dignidad las competiciones europeas, incluso concentrando la casi totalidad de las componentes de las selecciones nacionales.
Las mismas Rusia y Hungría, líderes históricos del waterpolo femenino (a pesar de quedar esta temporada eliminadas de las fases finales de las competiciones por clubes...), sólo ocasionalmente son 'adoptadas' por el waterpolo masculino para defender su gran tradición; mientras Alemania, Francia, Holanda, España así como Australia, Canadá y USA, son contextos en los que no existe ni de lejos el concepto del profesionalismo, donde las atletas se autofinancian, y si deciden jugar y entrenarse más allá de los 24 o 25 años de edad, lo hacen exclusivamente por los intereses de la selección, y, sólo en este caso, parcialmente pagadas por las federaciones a las que pertenecen.

»En este complicado marco, todos los países se implican en una actividad de clubes constituida por diferentes rondas eliminatorias con grandes diferencias de nivel que resultan ser, a la postre, gastos para todos, además de inútiles (para fuertes y débiles) bajo el punto de vista técnico y en absoluto beneficiosos para favorecer una política de verdadero desarrollo y promoción de la base.

»Por todo ello, y al margen de las escasas 'islas felices' que no pueden servir como referente, hay que arremangarse, afrontar la realidad sin ocultarnos a nosotros mismos nuestra verdadera dimensión, y sin el temor de reconocer, quizás, que es preciso volver a empezar desde abajo, respetando nuestra historia y disfrutando del patrimonio de nuestra experiencia.
MODERNIZAR, casi robar de otros deportes que parecen estar por delante de nosotros, incluso sacar a la palestra las imágenes de las atletas más gloriosas, podría servir para sentar las bases del mañana, CON LA CONVICCIÓN DE QUE EL FUTURO DE NUESTRO DEPORTE SE CONSTRUYE EN CASA, CON INVERSIONES ECONÓMICAS Y PUBLICITARIAS QUE ENFATICEN LA BELLEZA DE NUESTRO DEPORTE Y REALCEN SU FILOSOFÍA.

»Sobre todo, estas inversiones deben destinarse a la PROMOCIÓN Y PROGRAMACIÓN en el ámbito juvenil, INVIRTIENDO EN LA CALIDAD DE LOS TÉCNICOS Y LAS ESTRUCTURAS, teniendo en cuenta que este tipo de actividad no responde al respeto de una normativa, sino a una elección, y como base indispensable para radicar y construir la cultura de este deporte».

No hay comentarios: