martes, 14 de octubre de 2008

EL CREACIONISTA SILVESTRE


En 1924, el poeta argentino Oliverio Girondo daba su personal clave para estar en el mundo: «Mirar con nuestros propios 'ojos' actuales el espectáculo cotidiano».
El ultraísmo/creacionismo de Oliverio Girondo tiene mucho de Manel Silvestre, y viceversa. La curiosidad cosmopolita, el sentido deportivo de la vida, el tono caricaturesco, la visión burlona y sarcástica cuando se encarna en cuervo. Brusco y siempre inteligente, barroco, anárquico y demoledor, y hasta desajustado. E idealista precisamente por todo.
El farol o los guantes, el tranvía o el bicarbonato, fetiches de los poetas de aquella irrepetible vanguardia de inicios del siglo XX, pueden ser el waterpolo, el sportman de hoy. Silvestre 've' el espectáculo cotidiano del waterpolo y hace de él el trasatlántico en el que viajan las emociones y también los patetismos.
Mira distinto el waterpolo, mira original el waterpolo.

«Pienso –escribe Girondo (Apunte callejero, en 'Veinte poemas para ser leídos en el tranvía'– en dónde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes, que se me entran por las pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar... Necesitaría dejar algún lastre sobre la vereda...».

Y es que Silvestre es la Alejandría del waterpolo: una miríada de vídeos, de fotos, de apuntes. Como portero ya era así, expansivo, desbordado. Le ponía el alma y megabytes de datos en cada acción, y detenía los lanzamientos no sacando una mano providencial, sino un remolino de espumas, pelos, dientes, cuerpo, vídeos. Era un portero torrencial.
Ahora lleva años soltando lastre por miedo a estallar, enseñando como entrenador, creando un blog (http://elcuervowaterpolo.blogspot.com) que es como un zigurat, un mosaico de materiales que se eleva hasta el cielo.
Y es también un desafío, a los dioses. Youtube le ha derribado con el rayo, pero Silvestre, tozudo, ha vuelto a su titánica tarea.
«...en dónde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes...».

Excesivo. Desafiante por idealista. Silvestre ha venido a demoler la vieja literatura y la retórica anquilosada de federaciones, directivas, colegios, dioses virtuales. Porque conoce, porque respira el waterpolo, más que nadie.
Jorge Luis Borges –al que aquí coloco como voz oficialista, que me perdone– le hizo una reseña crítica en 1926: «Es innegable que la eficiencia de Girondo me asusta... me he sentido provinciano frente a él». Y más: «Girondo es un violento. Mira largamente las cosas y de golpe les tira un manotón. Luego las estruja, las guarda».
Hace de sus equipos un 'cenáculo fraternal' o 'sociedad sin normas', en los que las guías son el respeto a sus miembros, la fe en la creatividad y el desafío a la convención.

Su manejo de los partidos forma parte de su vaciado. Silvestre entero inunda las aguas y los rebosaderos y salpica a los árbitros y se contagia al público y resuena en los techos con goteras. Silvestre se hace capitán de barco con altavoz y se hace espía, provocador y amigo, enemigo y compañero de juegos. Todo lo lleva dentro y todo lo vacía. Lleva la tensión eterna de la dialéctica entre pasión y razón que ya dijeran los griegos, Aristóteles y los dos caballos de la persona.
Y sucede que Silvestre, además de ser Girondo, parece Walter Matthau: grandón, manotón, con las camisetas rendidas en su lucha por caer bien, y la mirada escéptica, socarrona, irónica. Ante Silvestre-Matthau nos incomodamos, primero porque es inabarcable y segundo, porque no sabemos que es bueno y sosegado.
Excesivo, desafiante, idealista. En Buenos Aires todavía se comenta cómo, en 1932, Girondo recorrió la ciudad en una carroza funeraria con un espantapájaros enorme de papel maché para publicitar su libro de poemas titulado 'Espantapájaros (al alcande de todos)'.

En este recomendable libro para lectores sin prejuicios se puede encontrar una perla entre los miles de mondadientes acumulados: «La costumbre nos teje, diariamente, una telaraña en las pupilas. Poco a poco nos aprisiona las sintaxis, el diccionario, y aunque los mosquitos vuelen tocando la corneta, carecemos del coraje de llamarlos arcángeles».
A Silvestre le he conocido yo señalando arcángeles desde que llegó a Sabadell en 1994, pero mordiéndose la lengua, no por falta de coraje, sino por lealtad a un club, por no sacar a pasear a los vergonzantes espantapájaros de aquí. Y por querer quitar las telarañas de la costumbre salió del Sabadell amargamente.
«Por eso –aunque me creas completamente chocha– nunca me cansaré de repetirte que no debes renunciar ni a tu derecho a renunciar». Y Silvestre hizo caso a la abuela de Girondo usando ese derecho ante los espantapájaros del Sabadell.

Así que, Silvestre-Girondo, te leo y te releo en esa declaración de intenciones no exenta de ironía, santo y seña de tu modo de hacer: «Yo he optado, definitivamente, por lo sublime y sé, por experiencia propia que en la vida no hay más solución que la de sublimar, que la de mirarlo y resolverlo todo desde el punto de vista de la sublimidad».

5 comentarios:

elcuervowp dijo...

Gracias Alex, como ya te he escrito es brutal. En cada palabra que entiendo me veo y reconozco, y cuanta razón tienes en algunas cosas, de las que es mejor no decir nada y dejarlas pasar para que el futuro las lance al como una verdad..... se me esta pegando jajaja..... muchas gracias.

Manel

Sosiego y Calma
elcuervowp

Unknown dijo...

Permítame Ud. la licencia y el atrevimiento de comparar a Manel Silvestre con William Wallace ese rebelde escocés que luchó contra el despiadado Longshanks (léase abrazafarolas, chupópteros y cualquiera de los especimenes que pueblan el ninguneado deporte del waterpolo) y que con sus acciones cotidianas contra viento y marea hace suya también aquella famosa frase de Emiliano Zapata "Es mejor morir de pie que vivir de rodillas".
En su escrito ha radiografiado a esa gran persona, al cual admiro profundamente, de tal forma, que cualquier lector puede hacer el diagnóstico, acertado sin lugar a dudas, de la enfermedad que aqueja a Manel..... !! Es un enamorado del waterpolo!! y como tal, solo con el corazón, puede nacer increíbles locuras que en el fondo, y aún que parezca extraño e incongruente, son fruto de su sosegado y frio pensar.
A riesgo de parecer osado y atrevido al afirmar que Manel posee una mentalidad "calenturienta", que nadie piense en lo sexual de la palabra, puedo afirmar que Manel es un creador, un inventor, un "artista", un maestro, un adelantado en su tiempo, y como se diría en el sur de la piel de toro..."es güena gente".

Mikelinos

President Ibait dijo...

muy bueno !

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias por éste escrito, como hermana de Manel reconozco a mi hermano en esa maravillosa descripción que hace de su persona. Yo siempre he dicho que es intrépido y creativo en todo lo que hace y que logra hacer de sus equipos una piña gracias a su caràcter y, a mi entender, su saber hacer al frente de sus equipos.
Si algo tiene es que es enemigo de las injusticias (en eso nos parecemos) y que no se calla ante nadie cuando tiene que alzar la voz en un momento dado.

Todo un placer!
Pilar

Alex Holgado dijo...

Gracias a vosotros por vuestros comentarios. Hay que intentar siempre lo diferente y empujar con el ideal.