martes, 29 de septiembre de 2009

OFICIO DE TINIEBLAS II

Aclara CJC en uno de sus 1194 sueltos: «El amor no ha sido aún explicado por quienes escriben fórmulas en la pizarra y después lloran en el parque municipal».
Efectivamente, no se trata de hacer farragosos análisis ni de darle cuerda a las estadísticas (por Dios, qué tostón las estadísticas!) ni de explicar a cuenta de la lógica.
Aquí daré tres hurras a la violencia y seguiré comiendo carne cruda.

La temporada pasada terminó con un trofeo erigido a la heroína Eli Gazulla. El Club está en deuda con ella, Carles Ruiz dixit, y tiene toda la razón.
Haciendo memoria, sólo encuentro un precedente similar. Fue en el Mundial de Barcelona'2003. España estaba avanzando, había presentado sus credenciales y pasó la primera fase, lo que entonces ya era un éxito. El equipo tenía cierta experiencia y estrellas nacientes, lideradas por la goleadora Mercè Vallès. Pero detrás del biombo de los partidos, Mercè sufría. Casi nadie supo que su padre estaba ingresado en el hospital por un problema grave del corazón. Y ella en el agua, jugando. Por el equipo.

Eli Gazulla repitió la dolorosa tragedia, y aún, si cabe, con mayor audacia. Enterró a su padre y al día siguiente, y al otro, se caló el gorro rojo. Sin ella, el Sabadell estaba entregado y la Liga perdida. ¿De verdad importaba eso en aquel momento? Pues ella se sorbió las lágrimas, secó su corazón durante una serie de minutos y bajó al agua con sus compañeras a partirse la cara por nada.

Hipsípila, princesa de Lemnos, salvó a su padre Toante cuando las mujeres de la isla decidieron matar a todos varones por haberles sido infieles sus maridos con las esclavas. Desatada la locura, ella escondió a su padre en la vecina isla de Quíos, aun a costa de arriesgarse a ser descubierta. De modo que pasó un tiempo como nueva reina, dirigiendo con sabiduría y determinación a sus súbditas, pasando a la historia al recibir a Jasón y los argonautas en su camino a la Cólquide para robar el vellocino de oro. El corazón y la cabeza de Hispsípila estaban con su padre y, sin embargo, afrontó como una líder íntegra su responsabilidad, teniendo que revelar su secreto para evitar que los argonautas fueran ejecutados.
Eli custodió en su isla íntima a su padre y salvó a su escuadra mítica del desastre: el Club Natació Sabadell ganó los dos partidos en Can Llong al Alcorcón con una soberbia actuación de su portera bajo palos.

Lo que me atrae de CJC es que aplasta esa fiebre romántica que empaña la condición trágica del hombre. CJC escribe: «El amor no es lo que se dice renunciación, dádiva, entrega, sino en proporciones muy enfermizas».
Pues eso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta es la diferencia entre una jugadora cualquiera... y una jugadora entregada, amiga de sus compañeras de equipo y entregada a este deporte.

Espero que el esfuerzo sobrehumano que hizo ese día no caiga en el olvido; y que el club sepa cuidarla como se merece ... en ese día y el resto de dias que le siguen.


Eli eres genial, lo sabes, lo sé ... lo sabemos todos los que te queremos de verdad.

Ánimo y adelante! Si nos necesitas ... pica al botonet! xD