Como siempre, la opinión de Giuseppe La Delfa, director deportivo del Orizzonte de Catania, resulta reveladora. Esta entrevista, que aparece en la excelente web waterpolodevelopement (http://www.waterpolodevelopmentworld.com/news_dettaglio.php?id=4549), me parece que vuelve a clarificar cuál es el camino a seguir si se quiere que el waterpolo progrese como deporte mediático. Es el manual de instrucciones para un club que quiera llevar a su equipo a lo más alto. Se puede puntualizar lo que se quiera y argumentar que hay otras maneras, pero desde luego no son para conseguir un grupo campeón de Europa.
Ha sido una semana importante para vosotros: primero el gran duelo con la Fiorentina, ahora la clasificación para la Final Four de Copa de Campeones...
Nunca hemos ocultado que ganar la Copa es el objetivo de la temporada, y es lo que alimenta nuestras aspiraciones y anima a nuestro club a invertir y a continuar por este camino.
Pero, ¿concedéis más importancia a la Copa que al campeonato?
La competición europea, la emotividad de cada encuentro con lo mejor de los equipos europeos, tan igualados sobre todo en las fases finales, nos apasiona y sobre todo justifica los sacrificios que hacemos cada año para intentar estar siempre entre los mejores. Los equipos que cada año, entre la Copa de Campeones y la Copa Len, se enfrentan en este escenario se dan cuenta de la gran diferencia que existe en tantos aspectos con la competición nacional.
Por lo tanto...
El mío sólo es un punto de vista, pero creo que deberíamos revalorizar nuestro campeonato, remontar el nivel volviendo por lo menos a los diez equipos y sobre todo, dado que no ha traído los beneficios esperados a la selección, recuperar la segunda extranjera. Hace dos años estuvimos (casi) todos de acuerdo en pasar a una jugadora “no italiana” para llevar a cabo un programa que ayudase a la selección y conllevara el crecimiento de las jóvenes; hoy, sin embargo, dos años después, el resultado es un campeonato desvalorizado desde el punto de vista técnico y, lo que es más grave para quien invierte, totalmente ignorado por el exterior, medios, patrocinadores y opinión pública. A esto ha contribuido claramente un resultado como el noveno lugar en los Mundiales de casa, con una selección que deriva a la búsqueda de una nueva identidad y que, para no volver a llamar a las jugadoras que podrían subir el nivel técnico, convoca y hace probaturas con prácticamente todas. Estamos, a mi modesto entender, en un camino que dificilmente nos conducirá a una mejora.
Pero el Orizzonte lo que hace es traerse a tres extranjeras para la Copa.
El Orizzonte Geymonat ha adquirido compromisos con sus partners y ha decidido tomar su propio rumbo, siguiendo una ruta que, independientemente de lo que sucede en el mundillo del waterpolo nacional, responde sólo a su idiosincrasia, procurando mantener alta la audiencia y la visibilidad en sus enfrentamientos (por pequeños o grandes que sean) por respeto a sus aficionados, a sus numerosos patrocinadores y a la ciudad que representa con orgullo. El tema del refuerzo para la Copa de las tres americanas campeonas de mundo, más allá del indiscutible valor añadido que nos garantiza, es básicamente una operación de marketing para poder tener la posibilidad (sobre todo en casa) de hacer que se hable casi todos los días de nosotros, de captar la atención para satisfacer a patrocinadores, prensa y por qué no a los seguidores. Son tres buenas deportistas, pero las diferencias al fin y al cabo las marcan las mismas. Por lo tanto, si algún criticón consigue ver más allá de sus pequeños celos y envidias, debe reconocer que hoy nuestro grupo está formado por 18 atletas, entre consagradas, extranjeras y jóvenes talentos de nuestra cantera, que se entrenan juntas dos veces al día a las órdenes de un técnico como Formiconi, que trabaja, crece y mejora en función de objetivos presentes y futuros.
Sabemos que se avecinan novedades...
Sí, una de las tantas que vendrán en los próximos meses... una del estilo Milan/David Beckham, aunque ésta está programada.
Vais a lo grande, hay euforia...
No, somos conscientes de nuestras posibilidades.
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