¿EL DUNAUJVAROS? BIEN, GRACIAS

He visto un Dunauvaros no sólo poderoso en ataque, sino muy activo en defensa. Para quienes quizás pensábamos que el waterpolo húngaro todavía se construía sólo en la talla de sus jugadoras, en el lanzamiento puro y duro, aquí hemos disfrutado también de una zona extraordinaria: con Edit Sipos sobre la boya, siempre doblada y las defensas por el arco como fieras.
Ésta ha sido la clave para que las de Attila Mihók hayan salido de Sabadell como primeras de grupo, superando también a las favoritas, las griegas del Vouliagmeni. El último día, tras apabullar a las francesas del Niza por 17-5, pudieron dedicarse al turismo...
Otros apuntes:
1) Atención a las jóvenes bombarderas Fruszina Brávik (que se coloca sobre todo en los dos metros) y Patricia Jancsó. La primera, ya internacional absoluta, es más conocida; la segunda, quizás más grande y alta que Brávik, lanza la pelota como si fuera una mandarina... internacional junior, ya tiene muy claro cuál es su virtud y busca sin complejos la falta en los cinco-seis metros para desgracia de las porteras rivales.
2) Hablar de la facilidad para el chut de Andrea Varga no es nada nuevo. Pero cuatro goles ante el Vouliagmeni y tres al Sabadell no pueden dejarse pasar así como así. Apuntar que la número cuatro del Dunaujvaros lo borda desde la posición cuatro, incluso escorada hacia el cinco: amenaza y evita el brazo defensivo para clavar el gol por el corto, con una elegancia y efectividad proverbiales.
Por eso y por mucho más, y al margen de la disputa (?) por el segundo lugar entre Sabadell y Vouliagmeni, salsa de la última jornada, hay que rendir pleitesía a las húngaras. ¿El Dunaujvaros? Bien, gracias.