lunes, 7 de enero de 2008

DE BURBUJAS Y DE HECHOS

Cuando, el pasado mes de diciembre, el alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, recibía a los equipos femenino absoluto y cadete masculino por sus respectivos títulos de campeones de España, logrados la temporada anterior, pronunció un discurso especial. El alcalde se deshizo en elogios hacia estos deportistas y los señaló, repetidas veces, como ejemplo para la juventud. Bustos enfatizó hasta tal punto que parecía querer convencer a alguien de que, realmente, valoraba a las waterpolistas. Y todo ello en nombre de la ciudad.
Uno, que no nació ayer y que en treinta años ha visto un poquito de este mundo del waterpolo en Sabadell, se quedó pasmado. Primero, pasmado; luego, incrédulo y después indignado y asqueado. De manera que el ninguneo al waterpolo sabadellense en general y al femenino en particular por parte del Ayuntamiento ha pasado de ser desprecio por no hacer aprecio, a cinismo. De manera que la ausencia reiterada del alcalde en los únicos partidos de competición europea que hay en la ciudad ha pasado de ser torpe desconsideración por ignorancia, a burla descarnada.
Si me creo el discurso del alcalde, me doy cuenta de estas bajezas de cínico; si pienso que es un discurso oportunista más, percibo que todo sigue igual... de mal.
Porque, al margen de toda polémica política, que aquí no entra ni entrará, el disfavor continuo y reiterado del Ayuntamiento respecto al waterpolo y el Club Natació Sabadell ha sido de clamar al cielo. Desde el asalto con nocturnidad y alevosía a Sant Oleguer para entregar la instalación al mejor postor, dejando a nadadores y waterpolistas sin piscina para entrenarse, hasta el vigente 'pago' gangsteril por parte del Consell de l'Esport con la organización de 'finales comarcales' a cargo del Club y con recaudación de 5 euros por niño por el Ayuntamiento... Y ahora ¡ojo! que viene a echar una mano a la Junta del Club para el traslado de las instalaciones de la calle Montcada. ¡Como si no fuera el Ayuntamiento quien hubiera empujado al Club para disponer de un terreno golosísimo para levantar bloques de catorce pisos!
Porque el Ayuntamiento es como una organización de mafiosos: o te dejas trincar y pones buena cara, o te atienes a las consecuencias.
Así que un ejemplo para la juventud... Me echo a temblar con la sonrisa del cocodrilo, con los halagos de la zorra que quiere alcanzar las uvas de nuestra pleitesía.
Señor alcalde, ¿dónde ha estado el apoyo del Ayuntamiento cuando el Club se tuvo que apretar el cinturón y dejar de aspirar al título de Liga masculino? ¿Dónde ha estado y está ahora cuando el waterpolo femenino lucha por crecer y no perder el tren europeo? ¿Dónde ha estado usted cuando las sabadellenses se partían la cara contra el Ondarreta de Alcorcón, cuyo alcalde y Consistorio sí invierten miles de euros en el equipo femenino representante de su ciudad?
Las palabras huecas son como burbujas: su apariencia perfecta se queda en aire, en nada. El Ayuntamiento, el alcalde, es una burbuja pasajera y patética en una piscina donde sí hay personas que se entregan día a día para mejorarnos a todos.

Y es que el deporte –el de verdad, no el denominado 'popular', no las bicicletadas, la petanca o los paseos para gente mayor, todo ello legítimo y respetable, pero puro y simple ocio– sigue siendo un motivo electoralista más. Y se percibe en el escandaloso declive que se observa en nuestra ciudad, que dispuso de fútbol y baloncesto de Primera División, atletas y nadadores olímpicos, ciclistas profesionales y destacados, balonmano de elite, un efervescente y prolífico fútbol regional, voleibol en primera línea...
Ahora el waterpolo, la única especialidad que sobrevive en lo más alto, se encuentra en un momento delicado, mientras el alcalde lo halaga para no seguir haciendo nada por él. Claro que mejor que no se meta, porque el Ayuntamiento con el deporte es como el caballo de Atila, que donde pone la pata deja de crecer la hierba, o como un rey Midas a la inversa, que el oro que toca lo convierte en ferralla.
¿Y la FUNDICIÓ de l'Esport? Pues eso, limosna a costa de empresas obligadas a hacer de esponsor para sacar tajada por otro lado.
¿A quién quieren engañar?

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